“Una Puebla en donde todas y todos seamos libres de tener una vida digna y elegir quien queremos ser, sin miedo”.
En el cumplimiento de mi compromiso como regidora en este gobierno, la Cuarta Transformación de México y coherente a los principios de nuestro presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, las mujeres jugamos un papel principal en tanto que somos el motor de cambio en las comunidades, capaces de transformar las viejas estructuras que durante años han marcado nuestra conducta, relegándonos a una posición subordinada que obstaculiza y limita el logro de nuestras metas y el ejercicio de nuestros derechos, condicionando el ejercicio del poder en esferas de toma de decisiones, como lo es la política.
La Cuarta Transformación en México
Por años caminé al lado de un hombre que siempre me ha inspirado a transformar lo que me rodea, que me motivó a ser valiente y entender que por el bien de este país, primero deben ser atendidas las y los pobres; porque únicamente se puede conocer el verdadero rostro de México si caminamos sus calles, colonias, municipios y estados, tocando sus puertas e impulsando la revolución de las conciencias. Solo desde la base, podemos reconocernos como las y los protagonistas de la Cuarta Transformación de esta nación, pues el poder radica en un pueblo noble y unido.
Mi trabajo como regidora, constituye una herramienta principal e indispensable, que permite ser el megáfono de aquellos grupos sociales que buscan la justicia social, la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, en contra de la violencia de género y crear espacios libres de discriminación en una Puebla, que valientemente puede transformarse con una agenda de derechos humanos e igualdad de género, colocando en el centro a las mujeres, como prioridad en el cumplimiento de esta transformación, pues no podemos negar que las personas más pobres entre los pobres son las mujeres.
De ahí el hecho innegable de la feminización de la pobreza en México y que es un deber de quienes ocupamos un encargo político, hacer valer los derechos de todas, sobre todo de las que están en situación de vulnerabilidad.
Por ello impulsamos la creación de la célula de búsqueda de personas municipal y la célula especializada en búsqueda de mujeres, niñas, niños y adolescentes, para darle esperanza y justicia a los colectivos de madres buscadores que cada día esperan encontrar a sus hijas e hijos desaparecidos.
También hemos trabajado de la mano con los grupos de mujeres indígenas y declaramos el 24 de agosto como el Día Municipal de la Mujer Indígena, en el Ayuntamiento de Puebla, para así dar voz a los grupos indígenas que integran las juntas auxiliares del Ayuntamiento, pues como dice el principio: “Lo que no se nombra, no existe”, es necesario visibilizar a las mujeres que sufren mayor discriminación y exclusión social.
Ante el embate de la derecha que actualmente gobierna el Ayuntamiento de Puebla, he mantenido mi postura de defensa a la continuidad del modelo integral de atención a mujeres, sus hijas e hijos victimas de violencia, y su refugio denominado Puerta Violeta, actualmente llamado por este gobierno Contigo Mujer Contra la Violencia, del que logramos su permanencia y modificación al reglamento interior, que brinda atención a mujeres indígenas y personas con discapacidad, a través de una traductora de lenguas indígenas y lengua de señas, pues la violencia no distingue estratos sociales, pero las más pobres, son quienes viven en mayor medida la violación a sus derechos humanos al interior de sus hogares y muchas veces en la comunidad.
Reconozco que la única forma de hacer un buen gobierno es cercano a la gente, y como regidora, me he sumado a las acciones de distintas colectivas, como lo es el Frente Nacional contra la Violencia Vicaria; Cam-Cai; Por las Mujeres de Puebla; Feministas de Izquierda 19 de mayo y demás colectivos, con los que hemos impulsado.
Defendido y construido alianzas con diputadas locales de diversos partidos políticos, regidoras en los municipios del estado, académicas y demás sectores sociales, para que se consolidaran las iniciativas en el estado, como la Ley contra la violencia vicaria, la Ley Monzón y la Ley Acida o Ley Malena, entre otras; y que en el municipio de Puebla impulsamos el primer foro contra la violencia vicaria.
Donde se presentó el punto de cuerdo para declarar el 22 de mayo de cada año como el día municipal contra la violencia vicaria, y hacer consciencia de este tipo de violencia que solamente viven las madres cuando les arrebatan a sus hijas e hijos buscando cortar el vínculo materno, por lo que es de suma importancia que el municipio sea parte de las acciones a favor de la protección de los derechos humanos de todas las mujeres y de las madres con sus hijas e hijos, reconociendo que la familia y el amor entre madres e hijos debe ser un vinculo protegido como un bien fundamental del tejido social y principal motor de la paz en la sociedad.
Otro de los aspectos que me gustaría puntualizar en esta agenda pro derechos humanos que impulso desde el ayuntamiento de Pueblas, es la voz de la población LGBTTTIQ+ en la lucha contra la homofobia, lesbofobia, transfobia y bifobia, a fin de crear conciencia contra estas violaciones a los derechos humanos y crímenes de odio; que mi principal enfoque es hacia las mujeres Trans, quienes viven múltiples violaciones a derechos, exclusión y muchas veces son víctimas de crímenes de odio, pues ellas son las que menor acceso tienen a un empleo digno.
Lo que las lleva a trabajar en las calles como trabajadoras sexuales, exponiéndose al acoso de la ciudadanía y muchas veces de las autoridades, por lo que estamos promoviendo cursos de capacitación para que puedan generar un autoempleo y salir de las calles, además de acceso a créditos que les permitan emprender sin miedo y libres de toda discriminación.
Mi trabajo como defensora de derechos humanos es tener las puertas abiertas de mi Regiduría para todas las mujeres víctimas de violencia, en donde se les da asesoría legal, acompañamiento a victimas y canalización a distintas dependencias de gobierno para que reciban atención integral psicológica, jurídica y médica. Muchas de estas historias no son posibles de contar en unas cuantas líneas, pero sí la certeza de que hemos brindado esperanza y solución a varios de los problemas que las mujeres atraviesan dentro de esta violencia estructural.
Por ello creo que es fundamental que, además de la atención a la violencia, se proporcionen capacitaciones sobre derechos humanos y violencia de género a las mujeres, en distintos foros y espacios en los que se detecten las violencias, como lo son talleres, cursos de capacitación y brigadas en las calles y el transporte público, repartiendo acosómetros y otras herramientas para detectar y prevenir la violencia.
Sé que el trabajo como regidora no termina con mi encargo político, pues como ciudadana y activista social seguiré, desde mi trinchera, brindando acompañamiento a las mujeres que se encuentren en condiciones de vulnerabilidad, como hasta ahora lo he hecho, pues como lo decimos las mujeres de Morena, ¡por el bien de todos, primero las pobres! ¡Hasta que la dignidad se haga costumbre!
