El anhelo del presidente Andrés Manuel López Obrador de reformar el Poder Judicial se concretó el miércoles 11 de septiembre, cuando el Senado de la República aprobó la iniciativa de reforma en lo particular. Tras un maratónico debate de más de 12 horas, y en medio de la presión de manifestantes que incluso obligaron a un cambio de sede, el pleno del Senado dio luz verde a la propuesta con 86 votos a favor y 41 en contra.
La reforma ahora será enviada a los congresos estatales, donde necesita ser aprobada por al menos 17 de ellos para regresar al Poder Ejecutivo y convertirse en ley. Sin embargo, el proceso aún podría enfrentarse a obstáculos legales, como amparos que intenten frenar su implementación.
La reforma judicial de AMLO enfrentó oposición y manifestaciones en el Senado
La sesión del Senado, que se desarrolló en un ambiente de creciente tensión, fue interrumpida en varias ocasiones por la irrupción de manifestantes que exigían detener la discusión de la reforma.
La reforma al Poder Judicial ha sido uno de los proyectos más impulsados por López Obrador y Morena. La iniciativa propone cambios radicales, entre ellos la elección de jueces, magistrados y ministros mediante voto popular, una medida que busca democratizar al Poder Judicial.
A pesar de los intentos de la oposición, que incluía a los partidos PRI, PAN y Movimiento Ciudadano, para frenar la reforma, Morena y sus aliados –el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM)– lograron reunir los votos necesarios. Con 86 votos a favor y 41 en contra, alcanzaron la mayoría calificada requerida, es decir, el apoyo de dos tercios del pleno.
Uno de los momentos más inesperados de la sesión fue el voto a favor del panista Miguel Ángel Yunes Márquez, quien, tras ausentarse del Senado por motivos de salud, se reincorporó durante el debate en la sede alterna y apoyó la reforma. Su decisión sorprendió a varios de sus compañeros de la oposición, que esperaban un bloque sólido de resistencia contra la iniciativa.
Por otro lado, el senador de Movimiento Ciudadano, Daniel Barreda, no participó en la votación debido a que se encontraba atendiendo un asunto familiar relacionado con su padre.
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La reforma al Poder Judicial tiene un largo camino por recorrer antes de convertirse en ley. Ahora que ha sido aprobada por el Senado, debe ser discutida y votada por los Congresos estatales. Al menos 17 de los 32 Congresos deben votar a favor para que la reforma sea oficial.
Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado, detalló los próximos pasos del proceso legislativo. La reforma, explicó, será enviada a los estados, donde los congresos locales tienen la facultad de analizar, discutir y votar sobre la propuesta. Si la mitad más uno de los Congresos la aprueba, la reforma regresará al Ejecutivo para su promulgación.
La oposición y diversas organizaciones civiles han criticado duramente la reforma, argumentando que la elección de jueces y magistrados por voto popular podría poner en riesgo la independencia judicial. Según ellos, el riesgo de politización del Poder Judicial se incrementaría.
El respaldo de Morena y la Cuarta Transformación
Para Morena y sus aliados, la aprobación de esta reforma es un triunfo significativo que representa un avance hacia la democratización y la transparencia del Poder Judicial, dos ejes fundamentales de la Cuarta Transformación impulsada por el presidente López Obrador.
La aprobación de la reforma al Poder Judicial en el Senado marca un hito en la política mexicana. Mientras los Congresos estatales toman su decisión, el país sigue dividido entre quienes ven en la reforma un paso hacia la democratización y quienes temen por la independencia del sistema judicial.
