La jefa de Gobierno, Clara Brugada, presentó el plan «Ciudad Mundialista», una serie de obras y acciones que buscan preparar no solo estadios, sino también barrios, pueblos originarios y espacios públicos para recibir a miles de visitantes… y para quedarse mucho después de que caiga el último gol.
«Ciudad Mundialista»: las obras que transformarán la ciudad de México
La capital mexicana —única ciudad en el mundo en haber sido elegida tres veces como sede inaugural del Mundial— se propone aprovechar este evento global como catalizador de una profunda transformación urbana y social. Las obras anunciadas no son “maquillajes de un solo día”, aclaró la mandataria, sino parte de una estrategia de largo aliento que combina infraestructura, movilidad, arte urbano, derechos sociales y sustentabilidad.
Entre las principales acciones destaca la rehabilitación integral del entorno del Estadio Azteca, incluyendo el rescate de barrios como Santa Úrsula y San Lorenzo Huipulco. Las obras van desde pavimentación y alumbrado hasta la creación de nuevos espacios públicos como la “Coyosauria”, un parque temático de dinosaurios solicitado por los propios vecinos.
En paralelo, se impulsará un nuevo sistema de transporte eléctrico y sustentable, con la Ruta Silvestre de los Pedregales, una línea de trolebús que conectará colonias populares de Tlalpan y Coyoacán, y la modernización del Tren Ligero, que ahora contará con nuevos trenes dobles para atender a más de 400 mil pasajeros diarios.
No solo se trata de movilidad. El plan también contempla una profunda intervención cultural y simbólica en los pueblos originarios, a través del programa Yolot Anáhuac, que transformará fachadas con murales y destacará el legado histórico de las comunidades.
Y como en un mundial no todo es fútbol, el gobierno local anunció 16 “festivales futboleros” en cada alcaldía y un FIFA Fan Festival en el Zócalo, con conciertos, gastronomía y actividades deportivas, pensado como espacio gratuito e inclusivo para toda la población.
Todo esto sin olvidar los pilares ambientales. Se proyecta un Mundial con cero residuos plásticos, fomento al ecoturismo en Xochimilco y un plan integral de sustentabilidad en torno al estadio y la infraestructura turística.
“Queremos una ciudad sin discriminación, feminista, vibrante, respetuosa de los derechos humanos y abierta a todas las culturas”, declaró la Jefa de Gobierno, enfatizando que esta transformación será con y para la gente. Porque el Mundial no se jugará solo en las canchas, sino también en las calles, las comunidades y el corazón de la ciudad.