La disminución de la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres y la garantía de una vida libre de violencia, requiere sin duda la atención de los tres poderes y los tres niveles de gobierno. Si dentro de los programas de los gobiernos estatales y municipales no existe la atención prioritaria para garantizar un pleno acceso a los derechos de las mujeres, los avances se quedan cortos.
Desafortunadamente es una consideración muy común pensar que los gobiernos locales o municipales tiene como única finalidad proveer a la población de seguridad, servicios básicos de alumbrado, agua, balizamiento, baches, etc. En general se considerar a un buen gobierno como aquel que satisfaga esas necesidades básicas, si bien es importante cubrir las necesidades de la población, los gobiernos de mayor proximidad con la población tienen la posibilidad de poder construir políticas públicas con alcances más sustantivos, tener las condiciones para la atención oportuna de problemáticas como la atención a víctimas de violencia.
A pesar que los municipios tienen responsabilidades concretas establecidas en diversos marcos jurídicos, como lo es la Ley General para la Igualdad entre hombres y mujeres en su Capitulo Cuarto y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida de Violencia en la Sección Decima Segunda, y lo que se desprende de las Leyes en las diversas entidades Federativas; en los programas y acciones no se cumplen del todo y dependen en muchas ocasiones de la voluntad política.
La importancia de trabajar con perspectiva de género a nivel local, municipal y alcaldías puede aportar una visión progresista en los programas de gobierno, una visión que contemple las diversas necesidades de la población, y que pueda dar respuesta a ella, convierte a un gobierno en una opción más eficiente y eficaz, aporta un elemento necesario que es la seguridad de que su población se sienta escuchada en la diversidad de necesidades y no sólo como un instrumento canalizador a otros niveles de gobierno y ello debería ser una prioridad de los gobiernos emanados del proyecto de la Cuarta Transformación.
Es muy importante considerar que tanto el Gobierno Federal como el gobierno de la Ciudad de México y algunas otras entidades han implementado programas integrales de atención a las mujeres, pero es importante considerar que los esfuerzos de los gobiernos municipales deben hacer lo propio, para abonar a las brechas de desigualdad originadas por el sistema patriarcal y los lamentables gobiernos neoliberales que ha tenido nuestro país y han llevado a la precarización a millones de mujeres.
La importancia de tener un programa de gobierno donde se incluya una agenda encaminada a coadyuvar y fomentar la igualdad de género, prevención de la violencia contra las mujeres, sistema de cuidados, autonomía económica de las mujeres, espacios seguros e iluminados (senderos seguros), prevención del embarazo adolescente, nuevas masculinidades y autocuidado de las mujeres, es trabajar en pro de la igualdad sustantiva, trabajar en pro de las mujeres que históricamente han sido sometidas por el sistema patriarcal impuesto desde la cultura machista, es saldar poco a poco una deuda histórica con las mujeres.
A veces tememos mucho hablar de gobiernos feministas por todo lo que ha rodeado al movimiento en nuestro país, sin embargo es impostergable combatir el rezago de las mujeres y necesario trabajar en políticas públicas que impulsen su desarrollo, y es posible hacerlo desde los gobiernos municipales y locales administrando el presupuesto público con visión interseccional, con perspectiva de género y a partir del respeto a los derechos humanos, lo cual incluso ya se encuentra en la normatividad en materia de género.
Pocos son los gobiernos municipales que tienen las capacidades instaladas como profesionalización, presupuesto, estructuras que transversalicen la perspectiva de género, sin embargo encontramos que es posible y existen casos de éxito como el de la Alcaldía Iztapalapa con el gobierno de Clara Brugada, un gobierno de la 4T, es la muestra de que se puede atender desde los gobiernos locales no sólo las necesidades básicas de la población, sino que se puede aportar por la construcción de una agenda desde un feminismo más comunitario, apostando por las poblaciones más vulnerables, entre ellas las mujeres.
Políticas públicas exitosas y dignas de reconocimiento como la demanda historia sobre los sistemas de cuidados públicos, poner la seguridad ciudadana como prioridad de su gobierno, impulsando una estrategia integral para recuperar los espacios públicos, con calles más iluminadas y senderos seguros desde un modelo de intervención urbana para que las mujeres puedan caminar más seguras, interviniéndolos con murales que le dan una resignificación estética a los espacios, apostando por el arte popular, rescatando el valor cultural de la comunidad, además de sumar un valor reflexivo a la importancia de la lucha de las mujeres reflejada en cada uno de las murales.
La implementación de programas sociales como “mujeres estudiando” destinado a que las mujeres puedan terminar sus estudios, combate el rezago educativo contribuyendo a alcanzar mejores oportunidades, libertad y autonomía.
Pero sin duda su programa de atención al “sistema de cuidados” es vanguardia en la Ciudad de México y el país, que establece una red de apoyo a las personas cuidadoras, desde espacios de atención médica, terapías, autocuidado, recreación para las mujeres, ejercicio, servicio a bajo costo como lavanderías populares, etc., todo esto a partir de los maravillosos espacios como son las utopías, que se han convertido en los centros de convergencia comunitaria de apoyo a la ciudadanía.
El sistema de cuidados se ha ido desarrollando poco a poco en nuestro país con la diversidad de programas de apoyo a poblaciones vulnerables, y de la mano de todos estos esfuerzos es que la alcaldía de Iztapalapa da una muestra de que desde los gobiernos más próximos a la ciudadanía también se pueden construir políticas públicas en favor de este sistema.
Es muy importante que contemplemos que necesitamos gobernar desde una visión más amplia, que la realidad contemporánea exige atención urgente y oportuna a los problemas de la ciudadanía y que estos no pueden intentar ser resueltos desde el imaginario de consideraciones personales, discriminatorias o de clase, se necesita escuchar a la población, escuchar a las mujeres para comprender sus necesidades y de qué manera todos nuestros esfuerzos desde todas las trincheras pueden contribuir a transformar su realidad.
Por ello es que resulta de fundamental importancia que los gobiernos municipales, locales y alcaldías empiecen a tomar un papel mas activo ante los problemas de la ciudanía, no solamente actuando como instancias canalizadoras sino como gobiernos acordes a la transformación que está viviendo nuestro país, con ello garantizar desde todas las trincheras que la Cuarta Transformación será feminista o no será.