Si en este momento se llevaran a cabo las elecciones en Veracruz, Rocío Nahle, precandidata por la coalición Seguimos Haciendo Historia, conformada por Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo, arrasaría con la oposición en las votaciones.
Lo antes expuesto no sorprende debido a varios factores que eran la crónica de una derrota anunciada para el frente integrado por el PRI, el PAN y el PRD, que apenas figura en el mapa electoral, entre los que se cuenta el destacado desempeño que llevó a cabo Nahle al frente de la Secretaría de Energía, donde reafirmó en los hechos, merced a sus capacidades, habilidades y competencias, que “Es tiempo de mujeres”, divisa que ha enarbolado de manera exitosa y con muchos ejemplos —Rocío Nahle entre ellos—, la precandidata a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo.
Y es que a pesar de haber sido blanco de críticas y descalificaciones por ocupar un cargo que tradicionalmente se había conferido a personajes del género masculino, Rocío Nahle remó contra la corriente y no solo dio el ancho sino que lo hizo con mención honorífica con la construcción de la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, así como también con la rehabilitación de las refinerías de Minatitlán, Cadereyta, Madero, Salamanca, Salina Cruz y Tula, que habían sido echadas al olvido por los gobiernos neoliberales y cuya producción había caído estrepitosamente.
Y con la construcción de dos plantas coquizadoras que, en conjunto con las refinerías que pronto operarán a toda su capacidad, permitirán alcanzar la soberanía energética de México y mantener estables los precios de los combustibles, un logro sin precedentes en la historia contemporánea de nuestro país.
A Rocío Nahle hay que abonar también el hecho de que ha sido congruente en su trayectoria política al anteponer siempre el bienestar del pueblo por encima de todo, a diferencia de los representantes de los partidos de oposición, que están marcados de manera indeleble por el estigma de la corrupción, el robo, el saqueo, el nepotismo y las políticas entreguistas y de vasallaje con gobiernos extranjeros.
Sin duda, y de acuerdo con los levantamientos llevados a cabo por múltiples casas encuestadoras, la población jarocha solo está en espera del 2024 para ratificar en las urnas su decisión de darle continuidad a la transformación de la entidad, iniciada Cuitláhuac García Jiménez, con la construcción del segundo piso de la 4T, de la mano de Rocío Nahle.
